jueves, mayo 28

Carta de una mamá, con necesidades especiales

Hace 4 años Dios me lleno de bendiciones con un hermoso bebe, mi Gael y luego de 2 años, llego a mi vida Renee, y los dos se han convertido en mi motor, mi prioridad, mi felicidad y en el motivo para desear ser cada día mejor ser humano, mejor mamá....

A los cuatro meses de Gael, empezo mi lucha contra una enfermedad congenita, Glaucoma -presión intraocular elevada- y aunque no es una necesidad especial tan aparatosa, si es igual de desgastante, desgastante por que como mamá no se concibe un momento de sufrimiento para su hijo, han sido momentos difíciles y como dije antes de lucha intensa, de dar gracias a Dios por que se ha podido controlar,

A Pesar de las intevenciones y traramientos mi niño perdio la vista de su ojo derecho y ahora nos enfocamos a que no pierda el globo ocular y no necesite una protesis, puede parecerles sencillo y sin tanta gravedad comparado a otras alteraciones cromosomicas, pero cuando se trata de tu propio hijo duele en el alma que tenga que pasar por todo esto, que a lo único que te puedas aferrar es a la fé, por que no hay algún tratamiento que te garantice que va a mejorar algún día...

He hecho lo que como mamá me corresponde, tratamientos, cirugías, cuidados diurnos y nocturnos, viajes, le he dado mucho amor y he hecho de mi hijo un niño felíz y consciente de su sus condiciones, pero a veces te topas con gente sin corazón que sólo te llenan el camino de piedras, sin pensar un momento en como se siente una mamá de un niño con necesidades especiales...

En estos casi 5 años, sólo una persona me ha preguntado ¿Cómo te sientes tú ante esta situación?, -fué mi hermana- y yo le conteste Bien, todas las mujeres tenemos capacidad de atender a un niño especial, sobre todo cuando se trata del tuyo.... pero a veces te enfocas tanto en el sufrimiento de tu hijo que no puedes ver o no te permites sentir el tuyo y es algo que mas tarde que temprano tienes que reconocer, en este caso sucedio por que el día de ayer fue muy frustrante para mi, me sentí impotente ante el sistema del seguro social, que no puede ver que si vas allí es a buscar apoyo, no a que juzguen tus condiciones, el seguro social no puede atender a mi hijo, por que no tiene especialistas en su enfermedad y yo siempre lo he atendido en clinica particular y fuera de la ciudad, además su sistema no favorece a Gael, ya que el tiene que entrar al quirofano una vez al mes y las citas en el seguro son cada 6 meses si tiene suerte, el caso es que gracias a Dios hasta ahorita hemos podido pagar sus intevenciones -que son caras- además de los viajes hasta tijuana, tratamientos, etc. el caso es que el IMSS maneja sólo unas de sus gotas -que es medicamento controlado- y por supuesto no me lo quieren dar hasta que siga su estupido sistema que no sirve para nada...

Tengo a mi esposo, que da frente a todo lo que viene y me mantiene firme, tengo carro para trasladarme a donde necesite, tengo dinero para comprar el tratamiento de mi hijo si no lo consigo en el maldito IMSS y a pesar de todo, mi hijo tiene una enfermedad congenita aunque silenciosa, noble, si se puede decir, pero hay mamás que tienen que trasladar a sus hijos en camión, en taxi si llevan silla de ruedas, a veces sin apoyo de una pareja al lado, incluso hasta sin trabajo, no es justo que existan personas que pongan más piedritas en el alma, como si esta no pesara ya tanto, pensemos más en esa personas que toman de frente cualquier inconveniente que acompañe a sus hijos y no decir pobrecito el niño nada más, vean a esas mamás, denle palabras de aliento cuando las tengan cerca, por que aunque somos fuertes a veces las necesitamos.

No se trata de sentir lastima, pero si tu trabajo se trata de atender a estas personas, se más consciente y ponte un poquito en nuestros zapatos, nosotras no pedimos que nos resuelvan la vida, sino que nos la aligeren un poco con una sonrisa y un buen trato.

Pamela Lara